jueves, 5 de mayo de 2011

Moyano y Scioli, en la mira de Cristina

Hugo Moyano y Daniel Scioli aparecen, inevitables, cuando Cristina Kirchner sueña con vivir en Olivos por otros cuatro años. Ellos representaron hasta ahora las dos vigas maestras del edificio oficial: el sindicalismo ortodoxo y la maquinaria bonaerense. Pero la Presidenta programa para ambos un fuerte recorte de poder.
Es una maniobra delicada, porque obliga a mover piezas desde ahora, cuando Moyano y Scioli son factores decisivos del resultado electoral. Aun así, el reloj comenzó a correr.
El plan para el líder de los camioneros es, por el momento, menos dramático que el que teme su esposa, la empresaria Liliana Zulet, en sus pesadillas judiciales. Consiste, apenas, en relevarlo de la CGT. La señora de Kirchner cree que el reemplazante ideal es Gerardo Martínez, el secretario general de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra). Martínez tendrá una hora estelar dentro de un mes. Como integrante del board de la Organización Internacional del Trabajo será el anfitrión principal de la Presidenta en Ginebra. Al hablar ante el plenario, ella aprovechará para dar alguna señal de su antigua predilección por Martínez. La autopresentación de Moyano como "feo, sucio y malo" habría hecho sonreír a Néstor Kirchner. Pero a su viuda le resulta intolerable. Si bien Martínez no es un "cuadro técnico universitario" -criterio que confiesa la señora de Kirchner para la selección de personal-, es mucho más sofisticado que Moyano, lo que facilita su adaptación a la estética que pretende el kirchnerismo desde la muerte de su fundador. Martínez es, además, un dialoguista extremo, con una red infinita de relaciones políticas y empresariales. Ese estilo tal vez sea conveniente para una etapa en la que "la relojería del modelo necesita ser ayudada", como dijo la Presidenta. Para conocer cómo sería el reemplazo de Moyano hay que usar el microscopio. En la Justicia se viene librando una guerra por el control del Sindicato de Empleados de Comercio. Allí Armando Cavalieri resiste el avasallamiento de Moyano, quien pretende entronizar en su lugar a Oscar Nieva. En la mira de Moyano están los delegados mercantiles al congreso de la CGT. Son tan numerosos que, sin ellos, es difícil buscar la reelección. De allí que la Casa Rosada estuviera tan atenta a que los jueces no favorecieran a Moyano en ese avance. El protector de Cavalieri es Carlos Zannini. Moyano nunca controló las asambleas que lo designaron secretario general. Si viene ocupando esa butaca es porque Néstor Kirchner y, sobre todo, Julio De Vido, presionaron a los demás sindicalistas para que, sobreponiéndose a la antipatía que le profesan, votaran al prepotente camionero. ¿Qué sucedería si esas gestiones quedaran suspendidas? Los empleados de comercio (Cavalieri), los obreros de la construcción (Martínez), los trabajadores rurales (Gerónimo Venegas) y los empleados públicos (Andrés Rodríguez) podrían reunir los congresales suficientes para consagrar a un nuevo líder. Es lo que piensan hacer durante los primeros 100 días del nuevo gobierno, aun cuando la Presidenta no consiga la reelección. Por esa razón, para el camionero es crucial ganar la batalla contra Cavalieri.
Fuente: La Nacion

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