viernes, 27 de mayo de 2011

Intentan Alfonsín y Binner salvar la alianza progresista


Ricardo Alfonsín y Hermes Binner harán un último y desesperado intento de resucitar un frente progresista común para competir en las próximas elecciones.
El candidato a presidente de la UCR y el gobernador socialista de Santa Fe decidieron que reanudarán el diálogo y pondrán paños fríos a su enfrentamiento público, después de una jornada cargada de duelos verbales y creciente tensión.

Los primeros gestos de distensión comenzaron a verse anoche: Alfonsín difundió una carta por la red social Twitter en la que
instó a concretar el diseño de un frente progresista con el socialismo y GEN, que lidera Margarita Stolbizer, y se comprometió a recrear la instancia de diálogo. Previamente, el socialismo había solicitado una reunión con la cúpula del radicalismo para intentar acercar posiciones. A última hora de anoche, Alfonsín recibió un mensaje conciliador de un operador muy cercano a Binner. "No queremos agudizar más el conflicto", fue el compromiso de los socialistas.

Con estas señales, Alfonsín y Binner procuraron bajar los decibeles de una escalada mediática que amenazaba seriamente con romper la coalición electoral que, con dificultades, ambos impulsan.

El enfrentamiento público alcanzó su pico de mayor tensión ayer cuando el senador Gerardo Morales (UCR), mano derecha del candidato radical, sentenció que "el esquema Alfonsín-Binner está terminado", por entender que el socialista tiene otras pretensiones electorales. El propio Binner respondió: "Si la definición es tener que pactar con Macri [Mauricio] o De Narváez [Francisco], entonces que no cuenten conmigo".

El diálogo entre Alfonsín y Binner se cortó el lunes pasado, cuando el socialista reveló en LA NACION y en otros medios sus aspiraciones presidenciales; lo hizo al día siguiente de triunfar en las elecciones internas socialistas en Santa Fe. Alfonsín se indignó al enterarse; esperaba de su socio una definición sobre si su partido integraba o no un frente electoral común, no una declaración por los diarios de que podría competir, como él, por la Presidencia.

A partir de entonces se comenzó a escribir una novela de desencuentros y la tensión fue creciendo capítulo a capítulo. Binner no sólo declaró que le gustaría ser presidente; también se opuso, de manera tajante,
al acuerdo que impulsa la UCR con el candidato a gobernador Francisco de Narváez (PJ Federal) en Buenos Aires. El socialista insiste en que el frente debe ser de neto corte progresista, y por eso insiste en incluir a Juez y a Proyecto Sur.

Alfonsín, en cambio, considera que la única manera de competir en una eventual segunda vuelta con el oficialismo es por medio de una alianza con De Narváez. "Lo demás es testimonial y resulta funcional al Gobierno", advirtieron con buena dosis de desconfianza los alfonsinistas.

Luego del desplante de Binner, Alfonsín hizo saber el martes pasado que la UCR quedaba liberada para buscar un nuevo candidato a vicepresidente. Binner respondió con una actitud que indignó a Alfonsín: viajó a Córdoba para apoyar el lanzamiento de Luis Juez a la gobernación.

El senador cordobés es un crítico acérrimo de la UCR. En los últimos días no se privó de los más ácidos comentarios. "Alfonsín no administró siquiera un quiosco en la peatonal de Buenos Aires", asestó ayer, y enfatizó que su aliado, Binner, "no puede ser segundo de nadie".

Fue entonces cuando Morales afirmó que el esquema entre la UCR y el socialismo estaba terminado; Ricardo Gil Lavedra, jefe de los diputados radicales, expresó lo mismo. "Se ha desvanecido un acuerdo Alfonsín-Binner", expresó en declaraciones radiales.

Cuando el divorcio parecía ya un hecho, algunos dirigentes del entorno de Alfonsín proponían que la fórmula fuera enteramente radical; de hecho, hasta se llegó a mencionar como hipótesis al santafecino Mario Barletta, que salió segundo en las elecciones internas de su provincia. Otros, en tanto, acariciaban el nombre de Graciela Ocaña, ex ministra de Salud del Gobierno, que si bien no integra el partido logró una buena sintonía con Alfonsín.

Pasado el mediodía, el senador santafecino Juan Carlos Zabalza, operador de máxima confianza de Binner, se comunicó con Angel Rozas, presidente de la UCR, para intentar concertar una reunión entre las cúpulas partidarias y acercar posiciones. El radicalismo desconfiaba; temía que fuera una maniobra de sus socios para endilgarle a Alfonsín el costo político de un divorcio. Sin embargo, sobre el final de la tarde llegó un mensaje tranquilizador del socialismo. "Nos dieron la garantía de que no quieren profundizar el conflicto", deslizó a LA NACION un allegado de Alfonsín.

Así las cosas, se abre ahora una tregua, aunque las posiciones son difíciles de remontar. De hecho, Alfonsín defendió ayer en su carta su derecho a articular los acuerdos electorales más convenientes para intentar ganar las elecciones, en alusión a De Narváez. Binner no piensa lo mismo



Fuente Diario La Naciòn

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