lunes, 30 de mayo de 2011

Cristina Fernández se juega herencia kirchnerista en elecciones 2011

Cristina Fernández, se juega la continuidad del modelo político que puso junto a Néstor Kirchner

A siete meses de la muerte del expresidente Néstor Kirchner, su viuda y sucesora, Cristina Fernández, se juega la continuidad del modelo político que ambos pusieron en marcha y que no tiene heredero a la vista.





Aunque sólo faltan cinco meses para las elecciones presidenciales del próximo 23 de octubre, la presidenta no ha confirmado si buscará o no la reelección, y se ha dedicado a aumentar el misterio con frases crípticas en sus discursos públicos.

'A mí no me van a correr (apurar)', 'estoy cansada de las hipocresías', 'no estoy muerta por volver a ser presidenta' y 'estoy haciendo un inmenso esfuerzo personal y hasta físico para seguir adelante', han sido algunas de las advertencias de la mandataria.

Apenas la víspera, al celebrar el Día de la Patria, Fernández de Kirchner rogó porque 'Dios me de fuerzas para construir un país diferente', dejando otra vez la incógnita sobre una decisión de la que depende el futuro de Argentina.

La postulación sí ha sido confirmada una y otra vez por los funcionarios, en particular por el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien suele oficiar de vocero informal del gobierno y ha reconocido que 'Cristina es la única candidata'.

El problema es que la mandataria enfrenta por primera vez en su larga trayectoria política una precampaña en soledad, luego de la sorpresiva muerte de Kirchner, ocurrida el pasado 27 de octubre por problemas cardiacos.

Desde que se casaron a mediados de la década de 1970, ambos comenzaron un proyecto político que tuvo sus puntos culminantes cuando él asumió el gobierno en 2003 y luego, cuando le pasó a ella la banda presidencial en 2007.

Sus gestiones se caracterizaron siempre por tomar decisiones en una 'mesa chica' liderada por la pareja, sin reuniones de gabinete, en una concentración de poder que a la larga puede terminar afectando a su grupo político porque no hay una lista de 'presidenciables'.

Si Fernández, quien ha reconocido que está 'cansada y agobiada' decidiera no ser candidata, el oficialismo se quedaría sin candidato fuerte y podría perder una elección que, por ahora, tiene asegurada.

Desde que enviudó, la popularidad de la presidenta se acrecentó y hoy goza de una intención de voto del 45 al 55 por ciento y una buena imagen que se eleva hasta el 60 por ciento, lo que la convierten, por ahora, en la política más poderosa del país.

Pero si decide no aceptar la carrera por la Presidencia, desatará una pelea entre todos los sectores que la apoyan y que no están unificados en un solo proyecto, sino en intereses partidarios e ideológicos que sólo convergen en torno al kirchnerismo.



Fuente: Informador

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