No se trata de crear un instrumento formal como el consejo económico y social, sino apenas de alcanzar "acuerdos mínimos" para mantener tranquilidad frente a las elecciones de 2011: controlar la discusión salarial, pedir más inversiones a los empresarios y "cuidar el modelo".
Así presentó la presidenta Cristina Kirchner lo que ideó como la reedición del diálogo social anunciado, una vez más, la semana pasada, y que ayer tuvo su primer capítulo en una extensa reunión, de dos horas, con Hugo Moyano y el consejo directivo ampliado de la CGT.
"Pidió racionalidad, acuerdos y reglas de juego mínimas y sentido común", resumió el encuentro el líder del gremio de los canillitas, Omar Plaini, en la puerta de Balcarce 50. Nunca hubo información oficial.
Según insistieron tanto Plaini como Juan Carlos Smith, titular del gremio de Dragado y Balizamiento, únicos voceros de la reunión, la Presidenta insistió largamente en pedirles ayuda para "institucionalizar" el modelo y reclamó, una vez más, "cuidarlo". Plaini sostuvo que siempre desde la CGT hubo "madurez y racionalidad" en las discusiones salariales y consideró que los conflictos "no siempre vienen del lado" de la central gremial.
"Antes, una reunión con la CGT era excepcional. Esto tiene que ser habitual", les dijo Cristina Kirchner a los 35 líderes gremiales que acompañaron a Moyano al encuentro, entre ellos, el metalúrgico Antonio Caló y el líder de la Uocra, Gerardo Martínez.
Deuda con las obras socialesEntre los pedidos de la CGT, Moyano insistió en su reclamo por la deuda con las obras sociales sindicales. "Es urgente transparentar esta situación", le pidió a la Presidenta, según dijeron a LA NACION. Plaini y Smith afirmaron que se habló de una reforma de salud más amplia que la regulación de la actividad de las empresas de medicina prepaga que se debate en el Congreso.
Uno de los momentos más tensos, contado a este diario por dos fuentes gremiales, fue cuando habló el secretario general de la Federación Gremial del Personal de la Industria de la Carne, José Alberto Fantini, que planteó sus críticas por el plan "carne para todos" que lanzó el Gobierno la semana pasada y que apenas abarca el 0,15 por ciento de los consumidores. Sin información oficial, fue imposible saber la respuesta presidencial.
El segundo paso que dará Cristina Kirchner en su idea de recrear el diálogo social será mañana, en un encuentro con la nueva conducción de la Unión Industrial Argentina (UIA), presidida por José Ignacio de Mendiguren. También sumará, para la semana próxima, a la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), en su versión oficialista, con Hugo Yasky a la cabeza. Y está previsto que sean convocadas las cámaras de las pequeñas y medianas empresas.
"Con esto no se vuelve a pensar en un instituto, sino que se resolverán los conflictos tema por tema", contó Smith. "No hay tiempo", planteó otro sindicalista que estuvo anoche en la Casa Rosada, algo escéptico sobre la finalidad de estos encuentros.
No se habló de lugares en las listas ni hubo pedidos de Moyano para que Cristina acepte postularse por un nuevo mandato, como lo hizo el viernes pasado en el acto en la avenida 9 de Julio. De todas maneras, algo quedó claro para la mayoría de los miembros de la central obrera: dicen que la Presidenta ya está pensando más allá de diciembre. "A partir del año que viene van a venir discusiones difíciles", dijo un hombre cercano a Moyano, al contar expresiones de la Presidenta. "Pidió que debíamos acomodar los criterios para hacer los reclamos", amplió la fuente sindical.
En ese clima reeleccionista, Smith se animó a plantear: "Estamos pensando la Argentina para los próximos 25 años". En la puerta de la Casa Rosada, Plaini reclamó "modificar la matriz socioeconómica e ideológica de los años 70 y 90", e hizo referencia a una nueva ley de entidades financieras o reformar la carta orgánica del Banco Central.
La CGT se preocupó por resaltar que la Presidenta comenzó la reunión con un reconocimiento a Moyano por el acto del Día del Trabajador. El encuentro se realizó en el Salón de las Mujeres del Bicentenario y participaron también los ministros de Economía, Amado Boudou, y de Trabajo, Carlos Tomada. Sólo habló ella.
Tanto Plaini como Smith negaron que en la reunión se hubiera hablado del proyecto de reparto de las ganancias de las empresas, sobre el que Moyano reclamó que se avanzara este año en el Congreso. "Está implícito el apoyo de la Casa Rosada", dijeron por lo bajo, antes de irse.
INSÓLITO BLOQUEO EN LA SALA DE PRENSA- La Casa Rosada estuvo ayer bloqueada para los medios. En la puerta de la sala de periodistas se apostó un equipo de seguridad de Presidencia que impidió cualquier tipo de circulación por el palacio mientras se realizaba la reunión entre Cristina Kirchner y la CGT. No hubo una explicación oficial.
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